Para esta exhibición se ha programado el AGV para que realice una tarea de concatenación de un puesto de carga de mercancías con la entrada a un transportador de rodillos.
ASTI es una ingeniería burgalesa dedicada al suministro de soluciones globales para la optimización de la logística interna.
De entre todas las disciplinas de automatización que domina, destaca su liderazgo en el suministro de sistemas de AGVs o Vehículos de Guiado Automático. En la actualidad, según la encuesta de la universidad de Hannover, ASTI se encuentra en el segundo puesto europeo de vehículos instalados.
Sus soluciones son referente internacionalmente, dado el nivel de adaptación que pueden llegar a alcanzar a las necesidades concretas de sus clientes. Esto sólo es posible gracias a la gran apuesta de esta compañía por el I+D+I que desde su departamento de innovación cada año ven la luz nuevas soluciones del mañana.
Un AGV es un vehículo capaz de llevar a cabo la tarea para la que ha sido concebido sin intervención directa de operario alguno.
En este caso se trata de un EasyBot Omnidireccional. Los EasyBot se caracterizan por estar equipados con una plataforma propietaria de ASTI, que facilita la instalación, uso y mantenimiento de los vehículos. El posicionamiento del vehículo se lleva a cabo mediante banda magnética adherida al suelo. La secuencia de movimientos está programada en función de cálculos odométricos y del funcionamiento sincronizado o no de los dos lectores de banda magnética con los que está equipado este vehículo.
Las ruedas omnidireccionales, patente de ASTI, le confieren una maniobrabilidad total, pudiendo realizar movimientos en 360º, lo que se traduce en movimientos muy precisos en un mínimo espacio.
Para esta exhibición se ha programado el AGV para que realice una tarea de concatenación de un puesto de carga de mercancías con la entrada a un transportador de rodillos.
Este vehículo puede realizar el transporte automático de mercancías entre dos puntos prefijados sin la necesidad de instalar ningún tipo de estructura fija. La fijación de la banda no supone un obstáculo de paso y su instalación es fácil y sencilla resultando muy ágil cualquier cambio en el supuesto de modificaciones en la producción.
Dados los sistemas de seguridad con los que está dotado, no representa peligro alguno para las personas e instalaciones con las que conviva aunque es conveniente evitar su interacción con personas para suprimir las paradas innecesarias que influyen negativamente en su productividad.
La principal necesidad para su instalación es un estudio de la actividad a automatizar, para determinar el tipo de vehículo necesario para automatizar el transporte. Hacer un cálculo de tiempos tanto de necesidades de transporte como de recorridos para determinar el número de vehículos necesarios.
El paso siguiente sería la determinación de la ruta a seguir y la fijación de la banda magnética al suelo. Luego sólo queda poner el vehículo sobre la banda, encenderlo, esperar a que detecte la banda, apretar la seta veta verde y dejarle trabajar.
Dada la precisión de sus movimientos y su propiedad omnidireccional, resultan de gran utilidad en versiones mayores, tanto en tamaño como en capacidad de carga, para el transporte de útiles y componentes en el sector aeronáutico. Las dimensiones puedes sobrepasar los 8 metros de largo para cargas de hasta 30 toneladas que pueden superar los cien mil euros.
Sus aplicaciones pueden ser muy variadas tanto en entornos industriales como en almacenes de distribución como es el caso, o incluso en entornos sanitarios.
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